Migouèlou, 17/07/22
Tras una tarde en el refu sopesando todas mis opciones, con mucha pena decidí abortar el plan que tenía. Cuando voy sola siento que el compromiso de la actividad es mayor. No estoy haciendo a priori algo de riesgo, pero en el monte y sola creo necesario aumentar algunas precauciones. Si a esto le añadimos que los propios rescatistas de montaña no te recomienden una zona, pues es el cóctel perfecto para tener que buscar otro camino de vuelta, muy a mi pesar...
Hablé con el guarda y le pedí que me dejara el desayuno en el comedor porque me quería ir pronto, otra vez anunciaban un calor por encima de lo normal. Después de la típica noche de refu sin pegar ojo con 10 en una habitación, donde 9 roncan (incluida yo 😅), me levanté un poco del revés. La verdad es que el desayuno fue escasísimo, pero como no había más con eso me puse en marcha.
No suele ser lo normal, pero en esta ocasión el inicio de la ruta empezaba descendiendo desde el refu al fondo de valle. Fue una gozada el paisaje y las luces que tuve, viendo mi sierra a la que ya no iría y pensando en si no tendría que haber ido...
Atrás, el refu y la luna
Al llegar abajo seguí hacia el fondo donde termina la carreterilla. Allí hay un pequeño parking y un bosque precioso de abetos, típico vallecico francés paradisiaco.
De estas aventurillas siempre me quedo con la sensación de que no hace falta irse mucho tiempo ni muy lejos para vivir una auténtica experiencia, solo con desapegarnos un poco de las comodidades habituales y tener que buscarnos las castañas y tomar decisiones en solitario el paisaje cambia, por dentro y por fuera. Un viaje corto pero intenso y muy disfrutado!
Buenísimo, me quedo con el último párrafo. Hiciste bien sin duda, cómo bien dices al ir sola los márgenes de seguridad cambian. Y el vuelton que te quedó en dos días es espectacular. Enhorabuena!
ResponderEliminarMil gracias!! De esas experiencias que no se olvidan , abrazos!!!
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